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+1-802-778-9005Pasos para crear un balance general en contabilidad
En el balance, considerado uno de los estados financieros más importantes de cualquier empresa, se presenta una instantánea de la situación financiera de la empresa en un momento dado. Enumera el activo, el pasivo y los fondos propios de la empresa. Juntas, estas tres secciones proporcionan una imagen clara de la estabilidad financiera de la empresa, permitiendo a las partes interesadas, los inversores y la dirección evaluar su valor y riesgo.
El principal objetivo de un balance es presentar la situación financiera de una empresa para mostrar lo que posee y lo que debe. Esto ayuda a tomar decisiones clave, como si la empresa puede pagar sus deudas, invertir en crecimiento o devolver dinero a los accionistas.
El balance suele examinarse junto con otros estados financieros, como la cuenta de resultados y el estado de tesorería. Sin embargo, mientras que la cuenta de resultados muestra cuánto dinero ha ganado una empresa a lo largo de un periodo, y el estado de flujos de caja muestra el efectivo que entra y sale de la empresa, el balance ofrece una visión general de lo que la empresa tiene en un momento dado.
Contents
El balance sigue una fórmula sencilla:
Activo = Pasivo + Fondos propios.
Esta ecuación siempre debe cuadrar. Si no lo hace, probablemente haya un error en sus cálculos. La razón de esta ecuación es que cada activo (lo que posee la empresa) se financia pidiendo dinero prestado (pasivo) o captando dinero de los inversores (fondos propios). Por lo tanto, el total de activos siempre será igual al total de pasivos y fondos propios.
Entender cómo funciona el balance es crucial para determinar la salud financiera de una empresa. Por ejemplo, si el pasivo supera al activo, puede indicar inestabilidad financiera o problemas para hacer frente a las obligaciones. Por otro lado, si los activos superan con creces a los pasivos, sugiere solidez financiera y buena liquidez.
El balance suele dividirse en dos secciones: a la izquierda figura el activo y a la derecha el pasivo y los fondos propios. Alternativamente, en algunos formatos, puede estructurarse verticalmente, con el activo en la parte superior y el pasivo y los fondos propios en la parte inferior. Independientemente de cómo se presente, el balance siempre sigue la fórmula:
Activo = Pasivo + Fondos propios
He aquí un formato simplificado para un balance básico:
Activo corriente (por ejemplo, efectivo, cuentas por cobrar, inventario)
Activos que no están activos actualmente, como el inmovilizado material.
Acciones ordinarias
Este formato proporciona una estructura clara, lo que facilita la comparación de las distintas categorías y permite ver cómo gestiona la empresa sus finanzas. En empresas más grandes, puede haber más subcategorías en cada sección, pero la estructura general sigue siendo la misma.
Lea esto: ¿Cómo proteger la información financiera confidencial?
Sí, un balance siempre debe cuadrar. El principio en el que se basa la ecuación del balance es que cada activo debe financiarse mediante deuda (pasivo) o inversión (capital). Si su balance no cuadra, es una señal de alarma. Esto podría significar que hay errores en los cálculos, que faltan entradas o que hay una categorización incorrecta de los activos, pasivos o fondos propios.
Al preparar un balance, pueden producirse errores en:
Para asegurarse de que el balance cuadra, debe comprobar todas las entradas cuidadosamente y seguir los principios contables correctos. Comprobar dos veces los cálculos y revisar las fuentes de financiación ayudará a garantizar que el activo, el pasivo y el patrimonio neto coincidan.
La preparación de un balance implica varios pasos, pero si se sigue un enfoque estructurado, se puede garantizar la exactitud. He aquí cómo preparar un balance básico:
Empiece por identificar todos los activos que posee su empresa. Esto incluye activos corrientes (efectivo, cuentas por cobrar, inventario) y activos no corrientes (propiedades, equipos).
Para determinar el activo total, combina todas estas cantidades.
Calcule los fondos propios teniendo en cuenta los beneficios no distribuidos de la empresa y cualquier inversión adicional realizada por los accionistas.
Si se trata de una sociedad anónima, puede incluir acciones ordinarias y dividendos.
Suma el total del pasivo y el total de los fondos propios.
Compara esta cifra con el activo total. Si las cifras coinciden, el balance está equilibrado.
Es esencial ser minucioso al preparar un balance. Necesitas datos precisos de todos los departamentos, incluyendo inventario, cuentas por pagar, cuentas por cobrar y nóminas, para completarlo correctamente.
Un balance se divide en tres componentes principales: activo, pasivo y patrimonio neto.
Un balance es crucial por varias razones:
Aunque el balance es una herramienta financiera esencial, tiene algunas limitaciones:
Un balance muestra la situación financiera de una empresa en un momento determinado, detallando sus activos, pasivos y fondos propios.
Debe cuadrar porque el valor total de los activos de la empresa es siempre igual a la suma de sus pasivos y fondos propios. Este es un principio básico de la contabilidad.
El balance ofrece una instantánea de la situación financiera de la empresa en una fecha determinada, mientras que la cuenta de resultados muestra los ingresos y gastos de la empresa durante un periodo de tiempo.
No directamente. La rentabilidad se muestra en la cuenta de resultados, pero el balance proporciona información sobre la salud financiera general de una empresa.
Los balances suelen prepararse al final de cada periodo contable, ya sea mensual, trimestral o anualmente.
Los fondos propios representan el derecho de los propietarios sobre la empresa una vez pagados todos los pasivos. Asegúrate de que se incluyen las acciones ordinarias y los beneficios no distribuidos.
Disponer de un balance es esencial para comprender la situación financiera de una empresa en un momento dado. Proporciona una imagen clara de los activos, pasivos y fondos propios, que en conjunto reflejan la salud financiera de la empresa. Aunque tiene limitaciones, como el uso de costes históricos y la omisión de ciertos activos intangibles, sigue siendo crucial para la toma de decisiones, la inversión y la concesión de préstamos.
Mediante la preparación y revisión periódicas de los balances, las empresas pueden conocer a fondo su situación financiera, tomar decisiones con conocimiento de causa y planificar su éxito a largo plazo.